domenica 27 dicembre 2015

Ámsterdam

Y aquí, como una sentencia, está mi traducción de hoy. Como se puede fácilmente entender, habla de Ámsterdam, o, mejor, de una de las muchas razones porque esta ciudad me encanta.

Duración: 2 horas y 10 minutos
Total producción de textos: 16 horas y 55 minutos

Este es mi trabajo:


ÁMSTERDAM




Cuando llegas allí, que sea tu primera o quince visita, la sensación es siempre la misma: puedes tener lo que quieres.
Ámsterdam es una ciudad especial: crece contigo. Vas allí a los 18 años y la vives de una manera, vuelves a los 20 y la vives de otra, le das vuelta a los 25 y encontras cosas que en las dos primeras veces ni siquiera podías imaginar.
Y luego están las elecciones, que caracterizan más que cualquier otra cualidad intrínseca. Y yo siempre he elegido la Ámsterdam profunda, tan a la vista y, sin embargo, a veces tan oculta. Quizás secundaria. Y, doce meses más tarde, frente a solo pocas horas libres, otra elección difícil.
Difícil?
No, para nada.
Tuve que ir, tuve que volver a aislarme, tuve que cerrar el círculo de un año de una intensidad completamente fuera de lo común y al mismo tiempo abrir otro nuevo y rico de situaciones igualmente interesantes.
¿Y dónde más que habría podido ir?
Nada ha cambiado desde el año pasado: los mismos lugares, los mismos edificios, las mismas personas, los mismos alimentos, incluso el mismo tiempo.
Las mismas emociones... Quizás...
Pero, al mismo tiempo, todo ha cambiado, por lo menos en mí. Porque soy totalmente diferente yo, y de esto estoy agradecido contigo. Y, créeme, no son palabras o frases de circunstancia, sino es la pura, sencilla y honesta verdad. Te debo. Porqué sí, yo hice todo solo y a pesar de un contexto completamente desfavorable, pero todo empezó allí, la chispa golpeó allí. O mejor, aquí. Exactamente aquí.
Curioso: una chica de ni siquiera quince vivida hace 70 años puede proporcionar tanta inspiración que todavía puede cambiar vidas hoy en día.
Y todavía, si pienso en eso, no me parece de ningún modo curioso.
Porque incluso con el paso de las generaciones, las personas siguen siendo las mismas y los pensamientos compartidos. Las fortalezas y las debilidades son similares, así como el aislamiento total: de las emociones, aún antes de las cosas. La imposibilidad de poderlas contar.
Pero, en verdad, las emociones, en comparción con las de hace un año, han cambiado definitivamente. Previstas, eso sí, pero diferentes. Pero el hecho de que sean previstas, no quiere decir que no tengan que ser experimentadas. Y que no sean lindas de sentir.
En vivo son algo distinto.
Y tuve que ir a quedar aquella vieja amiga mía.
Aquella vieja amiga que, tal vez, ni siquiera sabe quién soy, pero que también me conoce mejor que cualquier.
Aquella vieja amiga que querría aquí a mi lado, ahora, en este momento, porque nos podríamos encontrar nosotros mismos en nuestros aislamientos y, por lo tanto, no hacerlos más tales. Podríamos entendernos. Nos entenderíamos.
Aquella vieja amiga a quien yo podría escribir mil otras palabras, las cuales, sin embargo, nunca serían más sentidas y fundamentales como las siguientes.
Gracias, Anne.
¿Y qué más podría decirte?
Gracias.

Thanks for changing my life
- Wishing you were somehow here again -


Y, como siempre, aquí está en enlace del texto original, en italiano:
https://deeperthananyone.wordpress.com/2015/10/09/amsterdam

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