Un juego de mi infancia

Hola, ¡amigos de mi blog!

Hoy ve cuento un juego de mi infancia, que realmente me encantaba y en el cual todavía soy invicto: es verdad, ¡nunca he perdido un partido, he ganado siempre!
No os diré como se llama (tenéis que ententar adivinar, y no es muy difícil hacerlo), pero ve lo voy a explicar y para jugar se necesitan dos grupos de aproximadamente seis personas y un arbitro y en cada equipo hay que estar un rey, un espía y unos jugadores “normales” que llevan numeros desde el 1 hasta el 4. Quién es el rey, quién el espía y quiénes son los demás es decidido antes del partido por todo el equipo. Lo importante es que, después haber decidido, todo el grupo vaya al arbitro para comunicar sus decisiones y que cada jugador escriba su función sobre su propia mano.

El campo de juego es un rectángulo bastante largo (mejor sería hacerlo al aire libre), pero no demasiado, que está dividido en dos partes, una para cada equipo. Alternativamente, un jugador de cada grupo debe entrar en el campo enemigo y ententar tocar a quién quiere. Los jugadores del otro equipo, por supuesto, pueden correr y evitar ser tocados o, si quieren, dejarse tocar o ir a ententar tocar al adversario.

Cuando hay un toque, el juego se suspende y los dos jugadores implicados van al arbitro y se dejan leer la mano. Esta es la parte más importante, porque aquí se decide el partido y, por eso, hay que saber algunas reglas fundamentales:
- el rey mata a cualquier adversario y solo puede ser matado por el espía;
- el espía es matado por cualquier, excepto por el rey;
- si son implicados dos jugadores con numeros, el numero más bajo mata siempre al otro (el 1 mata al 2, el 2 al 3 etc.);
- si dos jugadores tienen la misma función, hay un empate y nadie mata a nadie;
- gana el equipo que mata al rey enemigo;
- si ambos espías están muertos, el partido termina de antemano en empate;
- por supuesto, cuando un jugador es matado, es eliminado y deja de jugar.

Así dicho, este juego podría parecer un caos total, pero, en realidad, es un juego de estrategia y tener una táctica eficiente es fundamental. También ser matados puede ser realmente importante.
Pero, sabéis, no creo que juegue otra vez en mi vida, por dos razones diferentes: por primero, es difícil encontrar a bastantes personas que quieran jugar a este juego y, por segundo, ¡porque retirarse invicto es una grandísima satisfacción!

Duración: 55 minutos
Total producción de textos: 7 horas y 30 minutos